Ha pasado tiempo ya, y puedes que mis entradas ahora sean un poco diferentes, puede que no brillen por la gracia en las palabras, puede que simplemente sean relatos-
De hace un tiempo a la fecha, las noches solían ser interminables, los dias torturas eternas, y así, 24 por 24, 7 por 7.
Los recuerdos invadian mi alma como quien contempla la inmensidad del mar; gigante, solitario, frio. Cerrar mis ojos significaba luchar contra las ocurrencias de la mente, y; era un juego sadico si bajaba la guardia, en donde nunca, jámas corria sangre; en cambio, lagrimas habian por montones.
Aprendí a secarlas y ahogarlas en mi compañero nocturno, tiene 4 patas, y no alcanza los 40 centimetros de altura.
Quien lo habría imaginado, que en tres kilos; repartidos en huesos, pelos y organos, habria yo de encontrar la tranquilidad inmediata en un solo ronroneo.
Mateo.
Pasaron los meses. y desde el exterior del universo se oian susurros del por qué de esta situacion tan engorrosa, algunos solían decír que la universidad me pasó la cuenta, que terminar con Cristian acabó con la ultima parte de mi alma, que simplemente estaba loca, que tuve que arrancar. Pues no.
Fue un conjunto de malventuras, fue un conjunto de mierda que cayó en donde yo estuve parada, una, tras otra, tras otra, tras otra, interminables oleadas de desdicha, inimaginables situaciones engorrosas, hasta el punto de no reconocerme, hasta el punto de no conocer mis emociones, hasta el punto de no saber tomar desiciones.
Así fue como comencé un camino marcado por las pildoras, por los kilos subidos y -por qué no decirlo- el odio al espejo, el odio a quienes en algun momento me abandonaron cuando necesité una comprension a lo que ni yo era capaz de entender. Mi distorcionada mente.
Nelson fue -y aun lo es- una parte importante de este proceso, fue él quien validaba mis desiciones, fue él quien me dijo "Javi, ten paciencia" (Y cuanta razon tenía!). C. Isamit fue fundamental para lograr la calma en las noches, evitar las pesadillas y, finalmente, luego de 4 o 5 meses sin dormir de noche, concilié el sueño mas reparador que he tenido.
Recuerdo que casi lloré de emocion al despertar y darme cuenta que no tuve angustia por primera vez en mucho tiempo. Gracias Doc.
Mis papas y mi hermanas, fueron la paciencia que yo no tuve conmigo misma, fueron el silencio en los momentos adecuados y fueron la risa cuando -en ocasiones- aparecia esa antigua "yo", fueron el respeto que yo no tuve.
Fueron -fuimos- todos muy valientes.
Mis amigos que desde la distancia me querían y me cuidaban, amigos que sin planearlo abrazaron un estropajo y lograron captar el dolor y transformarlo en alguna sensacion desconocida.
Esos que tras la peor llamada que pude recibir, me contuvieron para que yo no cayera desplomada lejos de mis tierras.
Gracias por eso.
Y yo, esa lucha mental, esa paciencia que hay que tener frente a la angustia, el autoconvencimiento que debemos tener cuando no hay soluciones, mas que esperar que esa sensacion se salga de tu pecho, esas medidas paleativas inventadas a las 6 de la mañana, gracias a mi por eso.
Por dejarme apoyar en todos los que me ayudaron para poner los pies en la tierra y confiar en que si tengo las herramientas para volver a ser yo -o eso es lo que me decían todos los jueves a las 3.45 pm-.
Gracias a mi otro yo que me enseñó que se puede luchar a medida que tu ser se polariza entre el bien y el mal.
Gracias por la catarsis, gracias por escuchar mis insultos.
Volvamos a nacer, vivamos un día a la vez :)
¿Debería enojarme por no recibir las gracias? Claro que no, porque dentro de todo, me doy cuenta de que en algún claroscuro de nuestra historia, fui yo el culpable de algunos de esos desastres, pero al final, o no al final, pero si a día de hoy, soy capaz de observarme como aquel que ha estado ahí en los momentos indicados, no siempre, pero si en los momentos indicados, con una complicidad única, esa que puede tener un León con su cómplices, esos cómplices que saben que no deben tener pánico, porque aún con todo lo feroz que pueda llegar a ser cualquier bestia, bastan las palabras precisas o la melodía perfecta para caer en un suave encanto o un sueño profundo.
ResponderEliminarLeer todo es agradable, recordar buenos pasajes de la vida lo es aún más, hay cosas que con el tiempo aumentan su valor, otras de las cuales solo debes deshacerte. Otro cuento son las personas y la experiencias, aunque a veces es similar.
¿Deberíamos repetir aquellos recuerdos felices donde poco importaba la opinión de las demás personas?
La verdad es que nunca me ha importado mucho la opinión de aquellos que ignoran el por qué de las acciones de cada uno